Los mandatarios de Salta, Misiones, Tucumán y Catamarca no alineados con Cristina, activaron el diálogo para reunir a las identidades provinciales dispersas y ganar volumen político frente al Gobierno; aspiran a sumar una base de 12 legisladores para disputar comisiones clave.
Los gobernadores peronistas distanciados del kirchnerismo aceleraron conversaciones con un objetivo compartido: construir un espacio legislativo con peso propio que los represente y les permita negociar con más fuerza con la Casa Rosada. El núcleo está compuesto por los mandatarios del norte: Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones) y Osvaldo Jaldo (Tucumán).
Los une tanto la defensa de sus intereses regionales como la desconfianza hacia la conducción kirchnerista dentro de Unión por la Patria (UP), que -coinciden- dificultó en los últimos años la instalación de una agenda federal. Observan el creciente poder de Martín Menem y admiten que necesitan ordenarse para que la división no desdibuje sus reclamos.
El documento final del encuentro ratificó “el diálogo permanente como región hacia una agenda común” y el compromiso de “trabajar en conjunto por nuestros intereses regionales y federales”. “Estamos construyendo una región del Norte Grande más unida, con más presencia federal y mejores oportunidades para nuestra gente”, celebró Jalil en X.
El objetivo inmediato es superar los 12 integrantes, el piso necesario para disputar lugares en comisiones clave y ganar presencia en las bicamerales. “Entre 12 y 15”, repiten los negociadores del grupo, que trabajan contrarreloj para cerrar un acuerdo antes del 3 de diciembre, cuando se realizará la jura de los nuevos legisladores, la elección de autoridades y la presentación formal de los bloques.
En el Senado, el bloque Convicción Federal -integrado por Guillermo Andrada (Catamarca), Carolina Moisés (Jujuy), Fernando Salino (San Luis) y Fernando Rejal (La Rioja)- reúne a dirigentes provinciales que rechazaron la conducción del PJ y optaron por tomar distancia para marcar una agenda federal propia. Ya resolvieron que no volverán al redil. Se encuentran en sintonía con los gobernadores del Norte Grande y funcionan como un antecedente inmediato: en Diputados podrían replicar un esquema similar, aunque también evalúan la alternativa de conformar un interbloque, una vía intermedia que les permitiría coordinar posiciones sin romper de manera definitiva.
Fuente: La Nación