El conjunto argentino cayó por 2-1 en el Monumental, en un partido en el que cambió a tiempo para achicar la diferencia

River necesitará dar vuelta la serie de cuartos de final de la Copa Libertadores en San Pablo. Por la ida, en el Monumental, cayó este miércoles por 2-1 ante Palmeiras y en una semana se jugará a todo o nada como visitante en Brasil.
En rigor, estaba para ser goleado el equipo millonario, pero cambió a tiempo, a partir de las modificaciones tras el descanso, y ahora tiene margen para la ilusión. Su versión de la segunda etapa fue superadora. El rival optó por jugar más cerca de su arco que del de Armani, en un contraste notable, y, casi sobre la hora, la serie ganó en emoción por el descuento de Lucas Martínez Quarta, tras su remate con algo de fortuna por un desvío.

La gran superioridad que había mostrado Palmeiras se diluyó cuando se replegó y allí hipotecó la ventaja. Se fue encima River y no mostró buena puntería cerca de Weverton, pero tuvo su recompensa en la insistencia. Así, la derrota terminó siendo un golpe más tolerable. Pasó de la decepción, de verse al borde del nocaut, a sentir que puede dar pelea.
Ahora el gran desafío del River de Gallardo es ir a la revancha en Brasil sabiendo que no queda otra alternativa que ganar.
