Carlos Nayi, abogado de víctimas, adelantó que apelará la sentencia y solicitará condena como primer responsable al ex Ministro Cardozo
El caso del Hospital Materno Neonatal de Córdoba conmocionó al país: entre marzo y junio de 2022 cinco recién nacidos murieron y otros ocho sufrieron cuadros de descompensación. La enfermera Brenda Agüero fue señalada como responsable de administrar insulina y potasio sin indicación médica. En junio de 2025, un jurado popular la declaró culpable y la Cámara Criminal y Correccional de 7ª Nominación la condenó a prisión perpetua y ayer 23 de Julio, el tribunal dio a conocer los fundamentos de la sentencia.
Bases de la condena: una construcción de indicios.
El voto mayoritario, suscripto por los jueces José Daniel Cesano y Laura Huberman y cuatro jurados populares, sostuvo que la condena se apoyó en una “pluralidad de indicios” capaces de destruir la presunción de inocencia. Entre ellos mencionan:
– Exclusividad de presencia: Agüero fue la única persona que estuvo presente en los trece episodios investigados.
– Acceso a las víctimas: tenía contacto directo con todos los bebés y, según testigos, “se anticipaba” a las descompensaciones o “descubría” lesiones en niños abrigados.
– Sustancias no autorizadas: los análisis toxicológicos detectaron niveles extremadamente altos de potasio e insulina que solo podrían haber sido suministrados externamente.
– Patrón de repetición: el informe del Gabinete de Análisis de Comportamiento Criminal señaló un patrón común en la elección de víctimas, lugar, momento y modalidad (inyecciones).
– Rasgos de personalidad: peritos oficiales identificaron rasgos narcisistas y psicopáticos y sugirieron la posibilidad de un síndrome de Münchausen.
Basándose en estos elementos, Cesano concluyó que no había obstáculos para alcanzar certeza con prueba indirecta y que la autora de los trece hechos era Brenda Agüero.
El fallo también responsabilizó a otros exfuncionarios por omisión o encubrimiento
Voto disidente y dudas sobre la prueba
Sin embargo, cuatro jurados populares y la jueza presidenta del tribunal, Patricia Soria, sostuvieron una postura contraria. Según el fundamento disidente, en varios casos no se probó que las muertes o descompensaciones hubieran sido causadas intencionalmente, y en aquellos donde se detectó presencia de una “mano asesina”, no se pudo probar la participación de Agüero.
El voto disidente argumentó que la inyección de potasio produce necrosis en la piel y ese signo solo se observó claramente en uno de los trece casos. Además, remarcaron que, debido al encubrimiento y a la demora en denunciar los hechos, solo se realizaron autopsias en dos víctimas. La mitad del jurado, por tanto, consideró que la prueba no era suficiente para condenar.La postura de la defensa
El abogado defensor, Juan Manuel Rivero, cuestionó la sentencia por falta de pruebas concluyentes y anunció que presentará una apelación. Sostuvo que ocho de los trece casos no tienen explicación médica clara para las descompensaciones y que en los restantes existen “muchísimas dudas”. Recordó que la decisión no fue unánime y que el voto en disidencia obliga a analizar la doble fundamentación (a favor y en contra) en una instancia superior.
También señaló posibles irregularidades en el proceso, como presiones políticas y policiales sobre el jurado, aunque prefirió no profundizar hasta revisar los fundamentos completos. Durante el juicio, Brenda Agüero insistió en su inocencia. En su última declaración, sostuvo: “A esos niños yo jamás les hice nada. Soy inocente de lo que se me está acusando”. Calificó el caso como una “causa mediática” y lamentó que las madres de los bebés la señalaran sin pruebas objetivas. La defensa entiende que los testimonios y pericias presentados demuestran su inocencia