El Gobierno consiguió en las últimas semanas dos marcas inéditas. Unió a todos los gobernadores, de todos los signos, detrás de dos proyectos de ley. Y sufrió votaciones abrumadoras en su contra, por unanimidad, en el Cámara alta.
El presidente Milei ratificó cuál será la hoja de ruta del Gobierno después del abrumador revés de este jueves en el Senado: guerra contra todos. En un discurso de una hora y cuarto en la Bolsa de Comercio, planteó la siguiente secuencia: prometió vetar las leyes aprobadas por el Senado; judicializarlas en caso de que el veto presidencial fuera rechazado y, en el supuesto de que la justicia legitime las leyes, es decir, rechace su objeción, encajar el golpe, como dirían los españoles, o asumir su debilidad, aunque entendida como un mero hecho circunstancial. “El daño podría ser mínimo -dijo el Presidente-. En octubre la libertad arrasa y el 11 de diciembre se la vamos a revertir”.
El paquete de leyes votado por el Senado incluye iniciativas que tenían el impulso de la oposición parlamentaria, como la mejora en las jubilaciones, la imposición de la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad, que consiguieron sanción, en un caso, con los dos tercios de los votos de la Cámara, y la unanimidad en los dos restantes.
La Cámara dio además media sanción, también con dos tercios de los votos, a otros dos proyectos, de reasignación de recursos, promovidos por un acuerdo sin precedentes por los 23 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño: el de regulación de la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional y del impuesto a los combustibles. Pasaron a Diputados. Esas dos iniciativas habían sido presentadas por los gobernadores al Gobierno en el marco de una ronda de encuentros en el Consejo Federal de Inversiones, que reúne en Buenos Aires a las provincias. Fueron rechazadas sin más.
Fuente: Perfil