En el asentamiento más alto de Córdoba, docentes y alumnos celebran la culminación del ciclo escolar con el reconocimiento de autoridades provinciales, destacando el esfuerzo y la vocación educativa en un entorno aislado pero lleno de determinación.
En lo más alto de la provincia de Córdoba, donde el invierno se siente con toda su crudeza y el acceso es un desafío cotidiano, una comunidad se reunió para celebrar el cierre del ciclo escolar. Docentes y alumnos de la pintoresca Escuela Florentino Ameghino, situada en la base del imponente cerro Champaquí, recibieron el reconocimiento por un año de esfuerzo y aprendizaje en uno de los lugares más aislados del territorio cordobés.
El encuentro contó con la presencia de la vicegobernadora Myrian Prunotto, quien junto al intendente de Villa Yacanto, Fernando Moiso, y el director general de Educación Primaria, Cruz Sebastián Álvarez, acompañó el festejo. “Ustedes son un ejemplo de lo que se puede lograr superando todo tipo de inconvenientes y distancias, y por eso es un orgullo acompañarlos en este día tan especial”, expresó Prunotto en su discurso ante alumnos y docentes.
En el pequeño patio de piedra de la escuela, la vicegobernadora resaltó el compromiso del gobierno provincial con cada comunidad, sin importar su tamaño o ubicación: “Como siempre dice nuestro gobernador Martín Llaryora, nosotros tenemos que estar en cada rincón de la provincia, sin importar si hay un millón, cien mil o un solo cordobés; tenemos que estar en el territorio, porque junto a ustedes podemos saber lo que necesitan y la mejor forma de conseguirlo”.
El director de Educación Primaria, Cruz Álvarez, agradeció a los docentes y alumnos “por hacer que la escuela sea posible, aún en lugares tan bellos pero aislados”, mientras que el intendente Moiso destacó la relevancia de la visita de las autoridades: “Es una gran satisfacción para esta comunidad educativa ser agasajados con la presencia de quienes vienen a ver lo que logramos y a escuchar lo que necesitamos”.
El acto culminó con un emotivo discurso de la directora de la escuela, Marcela Ramos, quien repasó los desafíos superados a lo largo del año, dejando en claro que, más allá de la geografía y las dificultades, la educación sigue siendo el motor que impulsa a esta pequeña pero valiente comunidad.