Caminar ayuda, pero no alcanza por sí solo para perder peso. El verdadero secreto está en la constancia y el entrenamiento que podés sostener.
Caminar es una de las actividades físicas más fáciles de incorporar al día a día. Muchas personas la eligen como herramienta para bajar de peso, confiando en que los famosos 10.000 pasos diarios bastan para reducir la grasa abdominal. Pero ¿realmente alcanza con eso?
No hay dudas de que se trata de un hábito saludable que mejora la salud cardiovascular, la movilidad y el estado de ánimo. Sin embargo, en el contexto del descenso de peso, la caminata podría no ser tan eficaz por sí sola. La pérdida de grasa corporal requiere un enfoque más amplio y sostenido que solo dar pasos.
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Un entrenador personal Juan Antonio Martín, reconocido por sus programas orientados a reducir la grasa abdominal, explicó en una entrevista con la revista Clara que “caminar no es suficiente, el ejercicio más eficaz para bajar de peso es aquel que puedas mantener en el tiempo”.

Caminar ayuda, pero se necesita combinar con otros ejercicios.
Aunque destaca los beneficios de esta actividad moderada (como la activación del sistema cardiovascular y endocrino) advierte que su efecto sobre la grasa es limitado.
La importancia de combinar la caminata con otros hábitos saludables
De todos modos, caminar no deja de ser útil. Martín aclara que “caminar ayuda, y mucho, pero por sí sola no hace milagros”. Es decir, puede ser el punto de partida para un estilo de vida más activo, pero requiere complementarse con otros factores como una buena alimentación, el descanso adecuado y entrenamientos más completos.
Si el objetivo también es mejorar la composición corporal y ganar masa muscular, entonces el foco debe desplazarse hacia la fuerza. “Para ganar masa muscular, caminar no es suficiente. Para eso es fundamental incluir ejercicios de fuerza. El músculo necesita un estímulo para crecer y ese estímulo es la resistencia”, advierte.

Si querés adquirir musculatura, lo ideal es incluir a tu rutina ejercicios de fuerza.
El verdadero secreto, dice el especialista, está en la sostenibilidad. “De nada sirve hacer sesiones durísimas si no las puedes sostener. El entrenamiento perfecto no es el que más te hace sudar ni el que más calorías quema, sino el que puedes mantener en el tiempo y se adapta a tu estilo de vida. Tiene que ser realista, pero también retador”.
Así que sí: caminar es útil, pero no es todo. En la pérdida de peso, cada paso cuenta, pero no hay atajos. La clave está en combinar hábitos saludables, constancia y entrenamiento bien planificado.
Fuente: Ambito Noticias