Gobierno y alcaldía de Guayaquil chocan por el control del Parque Samanes y clausura de restaurantes. La tensión política escala mientras el alcalde Álvarez responde expulsando a inspectores sanitarios.
La pugna política entre el Gobierno nacional y el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, ha alcanzado un nuevo nivel de tensión, esta vez centrada en la administración del Parque Samanes, el más grande de la ciudad. El conflicto, que ya venía escalando en los últimos días, se ha agravado tras la decisión del presidente Daniel Noboa de retirar la competencia de la administración del parque a la alcaldía mediante un decreto ejecutivo.
El Parque Samanes, que durante años fue gestionado por la municipalidad, es un espacio emblemático para los guayaquileños y ha sido escenario de diversas actividades recreativas y culturales. Sin embargo, la medida del Gobierno ha generado un fuerte rechazo por parte del alcalde Álvarez, quien ha acusado al Ejecutivo de intentar socavar su autoridad en la ciudad.
A este enfrentamiento se suma un nuevo capítulo de controversia. Una oficina del Gobierno clausuró dos restaurantes de propiedad del alcalde Álvarez, alegando problemas de insalubridad. La decisión no fue bien recibida por el alcalde, quien respondió de manera contundente: expulsó de las oficinas municipales ubicadas en el Parque Samanes a los inspectores sanitarios que llevaron a cabo la clausura.
El alcalde Álvarez, conocido por su estilo confrontativo, ha calificado las acciones del Gobierno como un “ataque político” y ha asegurado que no permitirá que se menoscabe la autonomía de Guayaquil. Por su parte, el Gobierno ha defendido su decisión, argumentando que busca garantizar la transparencia y eficiencia en la gestión de espacios públicos.