Trump va por el control total del Pentágono

El presidente Donald Trump llevó a cabo una fuerte reestructuración en el Pentágono, despidiendo a importantes líderes militares en un intento por asegurarse un equipo completamente alineado con su visión.

En una medida drástica tomada el viernes por la noche, Trump destituyó al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Charles “CQ” Brown, y a la almirante Lisa Franchetti, máxima autoridad de la Marina de Estados Unidos. Además, su secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció que está buscando reemplazos para los principales abogados militares de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Marina.

Estos despidos no parecen estar relacionados con fallas en el desempeño ni insubordinación. En el caso de Brown, se menciona su interés por promover políticas de diversidad, equidad e inclusión como un posible motivo, según un libro de Hegseth publicado en 2024. Sin embargo, la medida refuerza la idea de que Trump busca un control total sobre el Pentágono y que la lealtad incondicional será un requisito clave para los nuevos nombramientos.

Un historial de tensiones con el alto mando militar

Trump ha estado fascinado con el Ejército desde su juventud y en su primer mandato se rodeó de generales de alto rango. Entre ellos, el general retirado John Kelly como jefe de gabinete, James Mattis como secretario de Defensa y H.R. McMaster como asesor de seguridad nacional. Inicialmente, Trump se refería a ellos como “mis generales” y disfrutaba del rol de comandante en jefe, organizando eventos militares como el desfile del 4 de julio de 2019 en Washington.

Sin embargo, las relaciones se deterioraron con el tiempo. McMaster fue reemplazado tras un año en el cargo debido a sus diferencias con Trump sobre la estrategia en Afganistán. Mattis, por su parte, renunció en 2018 luego de que Trump anunciara el retiro de tropas de Siria sin consultar con su equipo. Kelly también dejó la Casa Blanca ese año, tras múltiples choques con el entonces presidente.

Con esta nueva purga en el Pentágono, Trump parece decidido a evitar las mismas fricciones que tuvo en su primer mandato y a rodearse de militares que sigan sus órdenes sin cuestionamientos.