El teniente coronel Porfirio Javier Sedeño, comandante de operaciones especiales, fue asesinado por sicarios en Guayaquil. El gobierno ofrece recompensa para capturar a los responsables.
La violencia y el crimen continúan golpeando con fuerza a Ecuador. Este viernes, el teniente coronel Porfirio Javier Sedeño, comandante del Grupo Especial de Operaciones de la Fuerza Aérea, fue asesinado por sicarios en un ataque armado ocurrido en la vía doble, cerca de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil.
Según los reportes, Sedeño se encontraba en un vehículo junto a su conductor, quien resultó herido durante el ataque. Ambos se dirigían a Manta para participar en una ceremonia militar cuando fueron interceptados por los atacantes. El teniente coronel recibió múltiples impactos de bala y falleció en el acto.
Sedeño, quien lideraba las intervenciones militares en el cantón Durán, había recibido amenazas de muerte durante los últimos meses, según fuentes cercanas. Su trabajo en operaciones especiales lo había convertido en un objetivo de grupos criminales que operan en la zona.
Tras el crimen, el gobierno ecuatoriano ofreció una recompensa para quienes proporcionen información que permita capturar a los autores materiales e intelectuales del asesinato. Las autoridades han reiterado su compromiso de combatir la creciente ola de violencia que afecta al país, aunque reconocen que el desafío es enorme.
Este hecho se suma a una serie de actos violentos que han sacudido a Ecuador en los últimos meses, evidenciando la compleja situación de seguridad que enfrenta la nación. La población exige acciones contundentes para frenar la impunidad y garantizar la seguridad de los ciudadanos y de las fuerzas del orden.