El 2025 no será un año fácil en materia de deuda para la administración de Martín Llaryora en Córdoba. El principal problema radica en los fuertes vencimientos de capital de algunos de los grandes títulos emitidos durante la gobernación de Juan Schiaretti.
Con los mercados internacionales cerrados en medio de la crisis, la estrategia del actual gobernador y su ministro de Economía y Gestión Pública, Guillermo Acosta, fue en 2024 cambiar deuda en dólares por pasivos en pesos. Así, la Provincia salió al mercado con $120 mil millones en mayo (Títulos de Deuda Clase 2) y con otro monto similar emitido este mes (Títulos de Deuda Clase 4) para pagar compromisos en moneda extranjera y, sobre todo con el segundo bono, para liberar capital con la idea de poder enfrentar el plan de obras de 2025.
El gran volumen de vencimientos del próximo año amerita una estrategia más amplia que depende casi con exclusividad de la Casa Rosada. Llaryora necesita imperiosamente que al plan de Javier Milei le vaya bien, que la inflación no rebote, que la economía comience a encenderse y que el riesgo país siga bajando para poder emitir nueva deuda en dólares, a largo plazo y a tasas razonables.
El aval legislativo por U$S 3.700 millones ya lo tiene. Ese monto incluye U$S 315 millones de la Administración Pública Centralizada, U$S 2.774 millones de la Agencia Córdoba de Inversión y Financiamiento y U$S 326 millones de Epec. También puede apelar a $300 mil millones en letras del Tesoro.
Entre capital e intereses, los vencimientos a cubrir el próximo año superan los U$S 800 millones. Si la economía lo permite, la idea es “rollear” al menos parte de esos pasivos, sin dejar de gestionar créditos con organismos internacionales para avanzar en el plan de trabajos públicos.